domingo, 7 de marzo de 2010

ENFERMEDADES DE LA OPULENCIA

Las enfermedades humanas han ido evolucionando a lo largo del tiempo como resultado de cambios demográficos, económicos, alimentarios, laborales y sociales. El progreso ha conducido a la disminución de algunas enfermedades, principalmente de tipo infeccioso, gracias a los avances científicos, sin embargo, también ha supuesto la aparición de otras derivadas de esta nueva forma de vida. Así, en países desarrollados la principal causa de muerte son enfermedades crónicas resultado de distintos factores asociados a la vida moderna, especialmente hábitos alimentarios descuidados y sedentarismo.

Uno de los principales problemas de nuestra sociedad es la obesidad: es la enfermedad de la opulencia por excelencia. El progreso económico y la globalización conducen a una disponibilidad ilimitada de alimentos, todo está a nuestro alcance sin esfuerzo: no hay problemas de racionamiento, ni de estacionalidad, hay una gran variedad de productos a los que tenemos acceso, incluso los alimentos exóticos son fáciles de conseguir. A esto se suma el concepto social que se tiene de la comida: no puede faltar en ninguna celebración que se precie y es difícil imaginarse salir a la calle sin tomar una caña y unas tapas. Esto unido a los nuevos estándares laborales, en los que no suele primar el esfuerzo físico, hace que el sobrepeso y la obesidad estén a la orden del día.

El problema es que la obesidad, que ya es una enfermedad por sí misma, no suele darse sola, sino que acarrea una serie de síntomas que suponen un grave peligro para la salud. En este sentido, se ha descrito el Síndrome Metábolico como un conjunto de varios factores de riesgo que se dan en un individuo y que aumentan la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular. Estos factores son, principalmente, la obesidad, la diabetes, la hipertensión, la dislipemia y la arteriosclerosis. Según la OMS, en los países desarrolados el SM afecta al 25-40% de los mayores de 40 años. Sus consecuencias finales son ictus cerebral e infarto de miocardio. Parece ser que la causa fundamental de padecer esta dolencia es la insulinorresistencia, ya que una hiperinsulinemia permanente desembocaría finalmente en enfermedad cardiovascular.

Las causas de aparición del SM son diversas: existe base genética, pero los factores ambientales tiene un gran peso en el desarrollo de la misma (sobre todo, sedentarismo, consumo de alimentos calóricos y grasos, estrés). Una persona con predisposición genética más estos factores ambientales desarrollará fácilmente una insulinorresistencia que llevará a una hiperinsulinemia que desencadenará el SM, apareciendo problemas cardiovasculares cerebrales o cardíacos, que desembocarán finalmente en la muerte. Por tanto, la mejor medicina frente al SM es la prevención.

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